Ottessa Moshfegh es una escritora y novelista norteamericana. Nació en Boston de madre croata y padre iraní. Es colaboradora de la revista The Paris Review desde 2012, donde ha publicado los relatos cortos por los que ha sido galardonada con el Plimpton Prize en 2014. Su relato «McGlue» fue publicado el mismo año y le valió el Fence Modern Prize in Prose y el Believer Book Award. Mi nombre era Eileen es su primera novela, que fue inmediatamente aclamada por la crítica literaria tras su aparición en 2015, ganó el Premio PEN/Hemingway al mejor debut literario en 2016 y estuvo nominada al Man Booker Prize 2016. Ha sido elegida como una de las mejores novelistas jóvenes de Estados Unidos.
La crítica ha dicho...
«Tan refinado como perverso. [...] Unlibroabsorbente.».-The New
Yorker
«Cuando nos recomiendan un libro normalmente preguntamos: #¿De qué
trata?#. Pero con este libro preguntamos: #¿De qué no trata?#. Esta
novela trata sobre el odio a una misma, el feminismo, la
sexualidad, la salud mental, la familia, la industria
farmacéutica... y ADEMÁS es la h*stia de divertida. Ni siquiera
quiero decir mucho porque yo entré a ciegas, pues ya adoraba a
Ottessa desde su novela Mi nombre era Eileen(también
merece que la leamos), y me vi gritando y dando voces, en un lugar
muy diferente al que su obra anterior me había llevado. Me deja muy
impresionada que una sola chica haya escrito todas estas cosas, tan
especiales y diferentes. ¡Ya era hora!».-Lena Dunham
«Ottessa Moshfegh es, posiblemente, la escritora americana actual
más interesante a la hora de escribir sobre el asunto de estar vivo
cuando estar vivo es una sensación terrible [...]. Ver aMoshfegh
dirigir su atención avasalladora hacia las cegadoras absurdeces
previas al 11-S en Nueva York, un entorno en el que todo el mundo
excepto la narradora parece poseído por un optimismo delirante, es
como comerse un caramelo brillante y pegajoso; un caramelo que
también podría envenenarte.».-The New Yorker
«Moshfegh deslumbra a la hora de crear ficción [...], como si fuera
una maga haciendo sus mejores trucos sin atrezo
ninguno.».-Literary Review
«Ingeniosa, oscura, cómica [...]. La novela se acelera hasta llegar
a la que es probablemente la mejor última página que he leído nunca
[...]. Mi año de descanso y relajación podría tornarse fácilmente
en un thriller que te trastoca la memoria, o en una oscura odisea a
través de los peligros de la industria farmacéutica, pero, sin
embargo,Moshfegh se aferra a la premisa de una chica que está
simple y llanamente perdida; un retrato perfecto de alguien que
desea con desesperación echarse a dormir para, así, finalmente,
sentirse despierta.».-Vice
«Electrizante [...].Moshfegh es una experta enlaconstrucción de
personajes femeninos cautivadores que transgreden las normas de la
feminidad. [...] La protagonista es una revolucionaria
inaudita.».-Vanity Fair
«La sensación de inmediatez, la sensación estar dentro de un
personaje, la sensación de que las cosas suceden y tienen un valor
físico, tanto para para la escritora como para quien lee, lo
proporcionan la estructura y el contenido de sus frases. De hecho,
llenas de bravuconería y, aun así, siempre afiladas e irónicas,
estas frases se acumulan con firmeza para construir el paisaje
interior de esta novela. [...] Otro de los placeres de leer
aMoshfegh es su implacable brutalidad. Todo esto es
intencionadamente cómico (vaya que si lo es), pero no exactamente
alegre, aunque por supuesto nos riamos.».-The Guardian
«El oído de Moshfegh sigue siendo tan despiadado como siempre. Como
si de un Flaubert tardío se tratara, se recrea en la vanidad y la
mediocridad y en las cimas absurdistas que ambas pueden alcanzar
cuando la ocasión requiere de unas palabras
sinceras.».-Harper´s Magazine
«Puede que esta sea la mejor novela existencial no escrita por un
autor francés [...]. Un relato abrumador sobre una rebelión moderna
que no teme volverse oscuro o hallar humor en la
oscuridad.».-Kirkus
«De esta novela oscura y desternillante no vas a salir
necesariamente descansado ni relajado, pero sí con una mayor
sintonía con lo delicada y frágil que puede ser la condición
humana.».-Marie Claire
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